El sabor natural de la yerba mate tiende a ser amargo independientemente de la variedad de yerba que utilices.
En este sentido, antes de que se comercializaran mezclas de hierbas con el agregado de cáscaras de frutas o hierbas aromáticas, era una práctica común endulzar el mate con remedios "de la abuela".
El método más sencillo es agregar azúcar a la base del mate durante la preparación ¡pero no solo eso!. Hoy en día también se suele utilizar la adición de cascara seca de naranja, limón o mandarina. Muy interesante es el jengibre capaz de impartir una nota de retrogusto agradablemente picante que equilibra el amargor de la yerba.
Por último, pero no menos importante, ¡la miel!.
Su inconfundible sabor dulce es una de las mejores combinaciones con la yerba mate. El resultado es una bebida que inicialmente es dulce, suave y envolvente y luego se desvanece dejando un ligero amargor en el paladar, ¡definitivamente vale la pena probarlo!.